Hola de nuevo, en posts anteriores os explicamos en qué consistían las rabietas y cómo podemos manejarlas. Hablamos muy brevemente sobre algunas de las estrategias, que os pueden ayudar a resolver mejor la rabieta de vuestros peques y hoy queremos centrarnos en la Técnica de la Tortuga.
Esta técnica tiene como analogía una tortuga, pues este animal como todos sabemos, se esconde en su caparazón cuando se siente amenazada. Pues de esto consiste la técnica. Hay que enseñarle al niñ@ a que se repliegue dentro de su caparazón imaginario, como si fuese una tortuga, cuando se sienta amenazado o no sea capaz de controlar sus emociones e impulsos.
Lo primero que debéis hacer es contarles el cuento de la tortuga, pues ayudará a que entienda lo que queremos que haga para tranquilizarse.
Aquí os dejamos el cuento:
Hace mucho tiempo había una hermosa tortuga que tenía (4,5,6,7,8) años y que se llamaba Hugo. A ella no le gustaba demasiado ir al cole. Prefería estar en casa con su hermano menor y con su madre. No le gustaba aprender cosas en el colegio. Prefería correr, jugar. Era demasiado pesado hacer fichas y copiar de la pizarra. No le gustaba escuchar al profesor, era más divertido hacer ruidos de coches y nunca recordaba qué es lo que tenía que hacer. A Hugo lo que le gustaba era enredar con los demás compañeros, meterse con ellos y gastarles bromas.
Cada día, cuando iba camino del colegio, se decía que intentaría no meterse en líos, pero luego era fácil que alguien hiciera que perdiera el control, y al final se enfadaba, se peleaba y el profesor le reñía o le castigaba.“ Siempre metido en líos”, pensaba.“ Como esto siga así voy a acabar odiando al colegio y a todos”. La tortuga lo pasaba muy pero que muy mal. Un día de los que peor se sentía encontró al viejo señor Tortuga, el más sabio del lugar.
Cuando el señor Tortuga vio a Hugo le preguntó por qué estaba tan triste, y Hugo le contó lo que le pasaba, que siempre se metía en problemas y que se portaba mal sin saber por qué. El señor Tortuga le sonrió y le dijo que comprendía lo que le había contado porque hacía mucho tiempo, antes de que fuera tan sabio, él también se enfadaba cuando hacía cosas que no estaban bien. Hugo se sorprendió y le preguntó cómo había aprendido a portarse bien. El señor Tortuga le dijo:” Bien, Hugo, he aprendido a utilizar mi protección natural, mi caparazón”.
“Tú también puedes esconderte en tu concha siempre que tengas sentimientos de rabia, cuando tengas ganas de gritar, de pegar, de romper cosas. Cuando estés en tu concha puedes descansar hasta que ya no te sientas tan enfadado. Así que la próxima vez que te enfades! ¡métete en tu concha!
El señor Tortuga le contó a Hugo que había aprendido a dominarse en las situaciones difíciles metiéndose en su caparazón, respirando profundamente y relajándose (soltando todos sus músculos, dejando que cuelguen manos y pies, no haciendo nada de fuerza con su tripa, respirando lentamente, profundamente). Además, pensaba cosas bonitas y agradables mientras se estaba relajando.
Después pensaba en la situación en la que se encontraba y en la forma de solucionarla. Planteaba cuatro o cinco ideas e imaginaba lo que sucedería si ponía en práctica cada una de estas cosas. Finalmente seleccionaba la mejor.
Así es como llegó a ser sabio. Bien, Hugo se entusiasmó realmente con la idea. Fue más a gusto al colegio cada día pues tenía muchos amigos y su profesor y sus padres estaban muy contentos con él.
Hugo siguió practicando cómo solucionar las situaciones difíciles hasta que verdaderamente lo hizo bien. Tu puedes también hacer lo que hace Hugo. Cuando estés muy enfadado y veas que vas a meterte en líos, puedes aislarte en tu caparazón, relajarte y decidir qué es lo que deberías hacer.
FIN
- Durante una o dos semanas debes enseñarle al niñ@a responder a la palabra "tortuga" cerrando los ojos, pegando brazos al cuerpo, bajar la cabeza mientras la esconde entre los hombros y replegándose como si fuese un caparazón de tortuga, Debéis practicar esta acción en diferentes momentos y pidiendo al niñ@ que se relaje mientras está metido dentro de su caparazón.
- Durante las dos semanas siguientes el niñ@ aprende a relajarse, tensa todos sus músculos mientras está en posición de tortuga. mantiene la tensión durante unos segundos y después los relaja todos a la vez.
- A la quinta semana debemos generalizar la posición de la tortuga y la relajación a diferentes contextos y situaciones. Podemos contar historias o darle ejemplos en los que debe aprender a relajarse por sí mism@ (por ejemplo, cuando papá te riñe y te pones furios@ tienes que aprender a relajarte como hace la tortuga).
- La última etapa (sexta semana), consiste en enseñarle a que verbalicen cómo se sienten antes y después de poner en práctica la técnica de la tortuga, Haremos que identifiquen y expresen sus sentimientos y emociones. Una vez calmados, reflexionaremos junto a ellos, para dar posibles soluciones a la situación.
¿Qué os parece? esperemos que os haya gustado esta técnica y que la pongáis en práctica. Pues os ayudará a enseñarle a vuestros hij@s estrategias para relajarse, fomentar el autocontrol de sus conductas impulsivas y a desarrollar, manejar y controlar sus propias emociones. Como siempre podéis escribirnos si tenéis cualquier duda. Animaros a trabajar con la tortuga Hugo.
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